El Legado de las Chicas del Radio

Publicado en Noviembre 10, 2022 por Margaret Dedloff (English version)

Traducido por Maria X. Cardenas, PhD

El radio es un metal radiactivo que se puede encontrar de forma natural en el medio ambiente. El radio fue descubierto en 1898 por Marie y Pierre Curie, y su descubrimiento llevó a Marie Curie a convertirse en la primera mujer en ganar un Premio Nobel.

La radiación es energía que viaja a alta velocidad. El radio emite radiación en tres formas: partículas alfa, partículas beta y rayos gamma. Cada forma tiene una capacidad diferente para atravesar materiales y para afectar la salud humana. Las partículas alfa no pueden atravesar el papel y solo son nocivas para la salud si se ingieren. Las partículas beta pueden atravesar el papel y la piel, por lo tanto la exposición a partículas beta puede ser perjudicial. Los rayos gamma pueden atravesar superficies muy gruesas, por esta razón son la forma de radiación más peligrosa. La exposición al radio puede causar muchos problemas de salud, entre ellos anemia, cataratas, dientes rotos y cáncer.

Fig. 1: Tres formas de radiación: partículas alfa (α), partículas beta (β) y rayos gamma (ɣ). Se diferencian por su capacidad para atravesar superficies y causar daño a los humanos. Crédito de la foto al Instituto Oak Ridge para la Ciencia y la Educación (Imagen traducida al Español).
Fig. 2: Foto de la esfera de un reloj pintada con radio. Crédito de la foto a Wikimedia Commons.

El radio ha tenido muchos usos a lo largo de la historia. En la década de 1900, se pensaba que tenía beneficios para la salud y se agregaba a diferentes productos como la pasta de dientes, e incluso se usó para tratar el cáncer. Una propiedad interesante del radio es que brilla en la oscuridad. Por esta razón, también se utilizó para pintar relojes y diales de instrumentos.

Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial, hubo una creciente necesidad de relojes e interruptores militares que pudieran verse en la oscuridad. Para cubrir esta necesidad, se abrieron fábricas en todo Estados Unidos donde contrataban a mujeres jóvenes para pintar este tipo de instrumentos usando pintura de radio. Estos trabajos eran bien remunerados y estaban dirigidos específicamente a mujeres jóvenes, debido a que sus pequeñas manos podían pintar las carátulas detalladas de los relojes y diales. Para hacer los números en las carátulas de los relojes, se pidió a las trabajadoras de la fábrica que lamieran sus pinceles para hacer una punta fina. Esto resultó en que ingieran una gran cantidad de pintura de radio.

Fig. 3: Charlotte Purcell, ex pintora de relojes y diales con pintura de radio, muestra cómo las pintoras lamían la punta del pincel para hacer una punta fina. Crédito de la foto a Chicago Daily Times.

Como resultado, sus dientes y boca brillaban en la oscuridad por la pintura.  Las trabajadoras incluso se frotaban el pelo y la ropa con radio para que brillaran cuando salían a bailar después del trabajo. Las pintoras de relojes y diales se hicieron famosas como las “chicas fantasma” debido al misterioso brillo del radio. Cuando las mujeres preguntaron a los gerentes de la fábrica sobre la seguridad del radio, los gerentes les aseguraron que el radio era perfectamente seguro, a pesar de saber lo contrario.

Eventualmente, varias de las pintoras comenzaron a desarrollar problemas de salud debido al radio. En el caso de Amelia “Mollie” Maggia, sus problemas comenzaron con un dolor de muelas que rápidamente se convirtió en úlceras sangrantes en la boca. Posteriormente, tuvieron que extraerle la mandíbula y falleció debido a la exposición al radio. Comenzó a surgir un patrón en el que las pintoras se enfermaban y morían debido a la exposición al radio. La administración de la fábrica negó cualquier conexión entre las enfermedades sufridas por las pintoras y su trabajo con pintura de radio. Finalmente, se desarrolló una prueba que probaría que la enfermedad que estaban experimentando estas mujeres era envenenamiento por radio.

Fig. 4: Audiencia junto a la cama en la casa de Catherine Wolfe Donohue. Crédito de la foto a Chicago Daily Times.

Varias de las antiguas pintoras de diales, incluida Catherine Wolfe Donohue, demandaron a las fábricas por ponerlas en peligro. Los casos liderados por las pintoras fueron algunos de los primeros casos que responsabilizaron a las empresas por la salud y la seguridad de sus trabajadores. Además, los casos de las chicas de radio llevaron al desarrollo de la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) de los Estados Unidos, que establece normas para mantener a los empleados seguros en el lugar de trabajo. Por ejemplo, OSHA exige que los empleadores proporcionen equipo de protección adecuado a los trabajadores sin costo alguno, y que los lugares de trabajo establezcan planes de acción en casos de emergencia y para la prevención de incendios.

El gran legado de las chicas del radio ha contribuido a la protección de la salud y seguridad de los empleados en el lugar de trabajo durante casi 100 años. Por esta razón sus historias no deberían ser olvidadas.

Original en Inglés editado por Maria X. Cardenas y Cassie Phillips

Editado en Español por Cristian Roca Avendaño y Andrea Sofia Benavides